Escultura "Homenaje a los hombres y mujeres del Centenario" - Obra Germán Cabrera
Réplica a escala urbana en acero corten de una escultura de Germán Cabrera (Las Piedras, 1903 - Montevideo, 1990) perteneciente a la serie "hierros" (1960 - c.1964) de 54 x 29 x 29 cm.
Esta escultura, ubicada en la Avenida del Bicentenario en la ciudad de Las Piedras, fue inaugurada el 10 de febrero de 2015 por la Comisión Nacional del Bicentenario y la Intendencia de Canelones.
El proyecto “La Ciudad de Las Piedras y su gente, homenaje a Germán Cabrera (1903-1990)” fue presentado por Graziella Romiti Vinelli a la Comisión Nacional del Bicentenario. En la fundamentación se presenta como “una propuesta de arte urbano, donde el mayor homenaje que se le puede hacer a un artista es valorar su obra lo suficiente como para ofrecerla al disfrute de todo los ciudadanos, y de ese modo transmitir de generación en generación la relevancia artística de un hombre nacido en el lugar.”
Alicia Haber, en “Germán Cabrera. Una visión retrospectiva”, se expresa de este modo con respecto al autor: “Defensor de la integración del arte a la vida cotidiana, Cabrera diseño cristales, hizo joyas, realizó experiencias de diseño industrial y siempre le interesó la inclusión de la escultura en el ambiente urbanístico. Proyectó y realizó numerosos monumentos, relieves, fuentes y esculturas para edificios. Siempre bregó por la vinculación de la escultura al contexto social”.
Serie Los hierros
Cabrera adoptó con entusiasmo el hierro para crear una vasta serie de esculturas planas (ya había realizado algunos experimentos en hierro en 1955). Sobre la elección del material explicaba: “El material me ayuda, es un desecho, tiene tiempo en sus heridas, es fuerte, es austero, se trabaja directamente, con él creó lograr una obra de fuerza, de impacto y al mismo tiempo de ternura.”
Cabrera utilizaba el desecho y elementos corroídos para lograr diversos efectos de superficie. Pero también empleaba chapas nuevas de hierro y les creaba texturas con ácidos y elementos químicos. En “Los hierros” (1960 y c.1964) se intensifican las texturas en los bordes lacerados; en algunos casos aumenta la rugosidad con la utilización de materiales más castigados por el tiempo. Adustas, estas obras no se apartan del negro mate. El rigor de las formas, la ascesis cromática y el material severo las dotan de fuerza expresiva. Esta serie denota bien su concepción escultórica: “La escultura, la más hermética de las artes y en la austeridad y nobleza de sus materiales, en el abandono de lo figurativo y del decorativismo, puede ser portadora del más hondo mensaje en su sobriedad de decir sin estridencias”, reflexiona Cabrera.
Predomina en “Los hierros” la planimetría que deja espacios entre las chapas, a veces unidas por filamentos delgados, otras separadas por sutiles planos. En algunos casos los hierros se abren hacia el espacio y se desenvuelven en él, en otros son cruzados por elementos verticales. Chapas diversas se despliegan en el ambiente, mientras el aire adquiere nuevo protagonismo circulando entre planos que se interpenetran. El espacio es elemento estructural. Perceptible, establece ritmos libres y define silencios mientras vibra en los intersticios. Se vuelve tangible según un procedimiento muy característico de la escultura moderna. De esa manera Cabrera se integró a la estética de los escultores de este siglo que tienden a reducir el volumen de la masa y desafían la tradicional escultura sólida; se situó en la línea de investigación de la escultura de avanzada, en la “invención e invasión de la escultura por espacio” como diría Albert E. Elsen. “Actualmente el espacio ya no se concibe como una condición abstracta e inmutable de formas materiales, sino que se considera como un resultado específico del proceso configurativo. En otras palabras: no se presupone, obviamente, anterior a la forma material, sino creado por ella. Viene a ser una parte de la realidad experimentada”, sostiene Hans Joachim Albrecht. También los relieves de chapa de hierro de esa época tienen mucho aire.
Fuente:
HABER, Alicia.
Germán Cabrera. Una visión retrospectiva (1956-1986).
Montevideo: Salón Municipal de Exposiciones, 1992. Pág.7.
Germán Cabrera nació en Las Piedras, Canelones, en el año 1903. Docente, pintor y escultor de formación figurativa, incursionó en las nuevas directivas de la escultura contemporánea.
Recibió su formación como escultor en el Círculo de Bellas Artes de Montevideo, entre 1918 y 1926 con el argentino Luis Falcini y trabaja como ayudante de José Belloni. Entre 1926 y 1928 viaja a Europa. En París estudia en la Academia Colarosi y conoce a Émile-Antoine Bourdelle y a Charles Despiau.
Sus obras son el resultado de un proceso de recorte y recomposición de trozos de metales diferentes, entre ellos la chatarra, materiales a los que brinda una peculiar especialidad. Cabrera mismo definió su obra de la siguiente manera: “Mi escultura se caracteriza siempre por una organización lo más severa. Estricta. Cosa apretada. Espaciosa. Siempre. Por más que he sido figurativo hasta cierto momento, lo primordial es la estructuración”.
Consiguió la integración de la escultura con la arquitectura y el paisaje, como lo ilustran los quince relieves de bronce que forman parte de la puerta del Banco Hipotecario de la ciudad de Rocha o las esculturas en hierro de 5 metros de altura al frente de la Caja Nacional de Ahorro Postal de la ciudad de Paysandú. Fue el responsable de la topografía de los muros y de los juegos infantiles del Complejo Habitacional Parque Posadas (1970-1973).
Entre los numerosos premios que recibió, dentro y fuera del país, son de destacar la Medalla de Oro en la Exposición Internacional de Artes y Técnicas de París que obtuvo en 1937, el Concurso Internacional para levantar un monumento al héroe nacional venezolano general José Antonio Páez, organizado en 1940, y el Gran Premio Medalla de Oro del Salón Nacional de Uruguay en 1958 por su obra “Regreso”, un cemento directo de revestido monolítico.
Ejerció la docencia como profesor de dibujo, modelado y trabajo manuales desde 1928 en la Escuela Experimental de Las Piedras y desde 1931 como profesor de modelado en el Instituto Normal de Maestros de Montevideo.
Falleció en Montevideo en el año 1990.