Reglamento de Tierras
A 200 AÑOS DEL REGLAMENTO DE TIERRAS -CUARTEL GENERAL DE PURIFICACIÓN 1815-2015
La Provincia Oriental bajo el control del artiguismo
La entrada de las fuerzas orientales en la Plaza de Montevideo ante la derrota porteña...
La “soberanía particular de los pueblos” es la base que sustenta el Sistema Americano de Independencia, república, federalismo e igualdad.
En el desarrollo de la revolución surge como hilo conductor la representación de la voluntad general, así se manifiesta en las Instrucciones a Tomás García de Zúñiga ante el Gobierno de Buenos Aires (Paso de la Arena, 1813), “la soberanía particular de los pueblos será precisamente declarada y ostentada como objeto único de nuestra revolución” (Art. octavo).
El profesor Eugenio Petit Muñoz hace referencia a cómo se construye la soberanía, partiendo desde “los pueblos”, es decir las villas, pagos, donde se lleva a cabo la integración, para luego conformar las Provincias, así como los pactos interprovinciales (alianzas ofensiva-defensivas), que garanticen las respectivas autonomías1.
Estudios recientes aportan nuevas visiones sobre el tema, es de señalar la investigación de la historiadora Ana Frega2 que plantea que “el artiguismo impulsó la soberanía particular de los pueblos, tanto en lo referente a la unión de los de la Banda Oriental bajo una autoridad común, como a la afirmación de ese derecho de constituirse en provincias para todas las regiones del antiguo Virreinato”.
En la obra mencionada analiza los conflictos sociales preexistentes entre los diversos grupos sociales y sus manifestaciones en el proceso revolucionario. “Las vivencias “en común” generadas durante la Revolución y la guerra, implicaron el surgimiento de nuevas identidades y pertenencias fruto de esa “ experiencia histórica”, sin que esto supusiera la necesidad de conformar un Estado independiente.
Se analizan “…las relaciones entre poderes locales y poderes centrales,… las raíces, sentidos y apropiaciones de la “soberanía particular de los pueblos”, y la conformación o redefiniciones de identidades políticas y sociales”.
En el desarrollo de la obra la historiadora sostiene que el programa igualitario y radical del artiguismo fue una construcción en el proceso de la revolución y no concebido sólo por Artigas. En el mismo sentido J. Pedro Barrán había planteado el carácter de “conductor y conducido” de José Artigas, manifestando que el mito del “héroe creador”, limitante del protagonismo popular, sólo ha servido a las clases dominantes de todas las épocas”. En este sentido Barrán expresa que “el protagonismo en ocasiones esenciales, en giros decisivos para la revolución, fue asumido directamente por la sociedad oriental y desde 1813, y sobre todo desde 1815 por su sector mayoritario, las clases bajas”.
La institucionalidad y la representación de la soberanía popular se plantea desde los comienzos de la revolución. Desde 1813 adquiere el carácter de un Programa, cuyo ideario de 1813 tiene una larga gestación: el levantamiento del Sitio a Montevideo, luego de la Batalla de Las Piedras. Los orientales respondieron con las asambleas de la Panadería de Vidal y de la Quinta de la Paraguaya (1811), donde se le confiere a Artigas la autoridad política de “General en Jefe de los Orientales”.
En palabras de Artigas al Gobierno de Paraguay “… Yo entonces, reconociendo la fuerza de su expresión y conciliando mi opinión política sobre el particular con mis deberes, respeté las decisiones de la superioridad sin olvidar el carácter de ciudadano; y sin desconocer el imperio de la subordinación, recordé cuando debía a mis compaisanos. Testigo de sus sacrificios, me era imposible mirar sus suerte con indiferencia, … y me negué absolutamente desde el principio a entender en unos tratados que consideré siempre inconciliables con nuestras fatigas, muy bastantes a conservar el germen de las continuas disensiones entre nosotros y la Corte de Brasil, y muy capaces, por sí solos, de causar la dificultad en el arreglo de nuestro sistema continental (…)”3 .
Estas palabras confirman el disgusto y el rechazo que desde el principio exteriorizó Artigas respecto de la alternativa de un abandono del sitio.
Es un momento de singular valor en la génesis de la “nueva institucionalidad”, la que se construye en el respeto a la voluntad soberana, en la “Redota”, en el Éxodo del Pueblo Oriental, en un clima de frustración y derrota donde quedó de manifiesto la voluntad de los orientales de reanudar el combate.
Artigas al frente de sus soldados se opuso inicialmente a esta emigración masiva, pero luego ordenó levantar un registro de las familias e individuos que lo seguían. En total el censo realizado por Artigas contabiliza un total de 435 personas y 846 carruajes, pero en opinión general de los historiadores, al no contabilizarse los ejércitos ni las personas que se sumaban al acontecimiento general en el camino ( los que van llegando) ni demás, se llega a un número aproximado a las 16.000 personas. Participaron personas de todas las clase sociales que se movían en las condiciones materiales más precarias:
“…Pero estaba reservado a ellos demostrar el genio americano, renovando el suceso que se refiere de nuestros paisanos de la Paz, y elevarse gloriosamente sobre todas las desgracias…Ellos lo han resulto, y yo veo que van a verificarlo: cada día miro con admiración sus rasgos de heroicidad y constancia: unos quemando sus casas, y los muebles que no podían conducir, otros caminando leguas a pie por falta de auxilios…mujeres ancianas, viejos decrépitos , párvulos inocentes acompañan esta marcha, manifestando todos la mayor energía y resignación en medio de todas las privaciones. Yo llegaré muy en breve a mi destino con este pueblo de héroes…” 4.
La comunicación con el Paraguay Artigas la consideró estratégica, se hará visible durante la “Redota”, y de enorme interés hacia 1813 cuando se define el programa Federal y el envío de los diputados orientales ante la Asamblea General en Buenos Aires. Artigas explica al Gobierno del Paraguay como debiera ser la organización de las fuerzas, con los seis diputados de la Provincia Oriental, siete del Paraguay y dos de Tucumán, cuyo pronunciamiento sería por la confederación .